lunes, 27 de mayo de 2013

Algunos lugares inhóspitos del planeta

Quizás al leer el título de esta publicación lo primero que te llegó a la mente fue algo como "Aburrida información más sobre algún sitio del planeta", y quizás sea así sin importar cómo, pero depende según desde la perspectiva que lo veas y más bien si te dedicas a leerla. Esta vez quise cambiar un poco las cosas y no hacerlo algo tan tedioso y aburrido, pero aún así dando a conocer cosas de las que probablemente no tenías idea, y en esta ocasión quise hacer algo más "creativo" y asociarlo a nuestros gustos cotidianos (si lo lees, verás por qué) pero como he dicho, todo depende de la perspectiva con la que veas las cosas.  

Es muy extraño para algunos pensar que aquellas historias que vemos en las películas, juegos y demás, las bases o raíces de cómo se hicieron, son reales, o al menos muchos de ellos.

La Isla del No Retorno 


Poveglia es una pequeña isla situada entre Venecia y el Lido en la Laguna de Venecia, al norte de Italia. Un pequeño canal divide la isla en dos partes y a día de hoy su visita sigue estando prohibida. De hecho los venecianos la llaman “la isla del no retorno”. No es un lugar especialmente violento en el oleaje pero algunas veces, este es capaz de arrastrar restos humanos carbonizados procedentes de la historia más terrorífica que podamos imaginar. 


A comienzos del Renacimiento (XIV ),Europa sufrió una tremenda plaga de peste bubónica. En Venecia se cebó especialmente, un lugar del que era imposible escapar, sus ya sucias aguas, la humedad y el trasiego de mercaderes hicieron el resto. Se llegó a tal extremo que no había sitio dónde dejar los cadáveres, se apilaban como montañas de naipes, pero no era suficiente y había que buscar una salida a la situación desesperada. Ante tal desastre humano las autoridades de la ciudad deciden en consenso con el clero que los cuerpos sean trasladados a la isla de Poveglia. 

Los cadáveres eran trasladados a la isla y en enormes fosas eran incinerados. Mientras Venecia y media Europa era devastada por la peste negra, según un censo de la época fue aniquilada más de un tercio de la población europea. Las autoridades médicas y civiles decidieron que no sólo había que llevar a los muertos, sino también a los que padeciesen los síntomas. Hasta allí eran arrastrados hombres, mujeres y niños todavía vivos y lanzados a las piras crematorias. En pocos años más de 160.000 personas acabaron sus días en aquella isla. 


Tal fue el enorme crematorio que se originó y tal fue la cantidad de restos humanos calcinados que a día de hoy el oleaje aún arrastra despojos humanos a las costas más cercanas a la isla. Nadie puede visitar la isla salvo los dueños de los viñedos que allí existen, incluso los pescadores temen acercarse al lugar por si acaso sus redes capturan huesos humanos. 

La isla se ha convertido en una zona podrida de hecho. El suelo de la isla junto con los restos carbonizados de los cuerpos arrojados allí, ha desembocado en la creación de una gruesa capa de ceniza pegajosa. El núcleo de la isla es, literalmente, los restos humanos que ha dado a la isla una reputación detestable, aunque parece ser muy bueno para las vides que se plantan allí. 

Shoyna. Tras la frontera de la civilización. 


Se trata del asentamiento de Shoyna, situado en la península de Kanin, en la costa norte de Rusia y a orillas del Mar Blanco. Exactamente donde uno esperaría encontrar cielos siempre cubiertos, extensas tundras permanentemente heladas y fauna polar. 

Su nombre lo dice todo. Este lugar está enclavado en la desembocadura del río homónimo, cuya traducción es abandonado u olvidado. Sin duda merece tal designación. 

Más de setenta barcos se encargaron de capturar el pescado que obtenían en la aldea, barcos que cometieron el inmenso error de utilizar devastadoras redes de arrastre que destruyeron completamente el ecosistema submarino, liberando la arena del fondo del mar y siendo esparcida por el viento después de ser arrastrada a la playa. Como consecuencia de esto, la aldea comenzó a ser tragada por las arenas, que actualmente cubren aproximadamente la mitad de este asentamiento.

Un dramático testimonio de un testigo de esta desolación nos indica que “incluso el cementerio está enterrado bajo la arena. Hace veinte años, lo único que se podía ver eran las cruces de las tumbas. Hoy, nadie cava a tanta profundidad. Para llegar hasta el suelo hay que excavar varios metros, de modo que los muertos se entierran en la arena. El viento al soplar retira la arena y deja los féretros al descubierto…” 


Hoy en día, lo único que queda son casas semienterradas, un viejo faro aún activo y los esqueletos de los barcos que yacen en la costa, varados para siempre junto al mar, recordando a quienes pudieran observarlos lo traicionero de sus aguas. Y cubriéndolo todo, la omnipresente arena. 


Actualmente, apenas trescientas personas quedan en este lugar. Todas ellas viven de subsidios y pensiones, ya que han dejado de explotar aquello que les llevó hasta tan remotas tierras.

Los Gigantes de los Urales


Cuenta la leyenda que en tiempos pretéritos, en los espesos bosques de los montes Urales vivía la poderosa tribu de los Mansi, cuyos hombres eran capaces de vencer a los osos y de correr más rápido que los ciervos. 


Los Mansi eran una antigua tribu de cazadores y expertos curtidores, las mujeres realizaban prendas de piel fina, únicas en todos los Urales. Se cuenta que los espíritus que habitaban en la montaña sagrada Yalping.Nyeri, ayudaban a los Mansi porque su líder Kuuschay era un hombre sabio y sabía contentarlos. 

El líder tenía dos hijos, una mujer y un barón. Su hija, esbelta como los pinos que crecen en los bosques densos cantaba tan bien que incluso los venados corrían fuera del valle de Ydzhid-Lyagi para escucharla. 

Los rumores sobre la belleza de la hija de Kuuschay, llegó hasta los oídos del gigante Torev, que junto a su familia se encontraba cazando en las cercanas montañas Haraiz. El gigante, embelesado por la belleza de la joven, exigió su mano a Kuuschay. Pero el viejo líder se negó a entregar a su hija y Torev, enfurecido, llamó a sus hermanos gigantes para tomarla por la fuerza. 

Aprovechando que el hijo del líder, Pygruchum, junto a los guerreros de la tribu habían salido a las montañas a cazar. Los gigantes asediaron al pueblo de los Mansi que, durante todo un día, resistieron los envites de los titanes desde sus altas murallas de hielo. Bajo una nube de flechas, el jefe Kuuschay gritó desde la torre más alta: -¡ Oh, buenos espíritus, salvadnos de la muerte! ¡Que Pygrychum vuelva a casa! 

En ese mismo instante, entre truenos y relámpagos, bajó un espeso manto de nubes de las montañas que en segundos cubriría la ciudad para protegerla de los gigantes. Pero el gigante Torev, corriendo y aplastando todo a su paso y enarbolando su gigantesca maza, llegó hasta la base de la fortaleza justo en el momento en el que el líder bajó de la torre y en el que las negras nubes lo cubrían todo y, con todas sus fuerzas, descargó su maza contra la muralla de cristal que se desmenuzó en millones de pequeños trozos. La oscuridad era total y el viento soplaba con fuerza haciendo volar los pequeños cristales por doquier. Los gigantes decidieron esperar en la cresta de la montaña a que las nubes se disiparan y a que los primeros rayos del alba iluminaran los restos de la fortaleza para poder acabar con los que hubiesen sobrevivido, pero éstos, aprovechando la oscuridad mágica que les habían regalado los espíritus había huido sin ser vistos a las montañas cercanas. 

Al amanecer, la niebla comenzó a disiparse, los gigantes estaban preparados de nuevo para el asalto pero, ante su sorpresa, los primeros rayos del sol mostraron al joven Pygrychum encabezando a su ejército de guerreros. En el brazo del guerrero, refulgía un brillante escudo y en su mano, portaba una espada que le habían dado los buenos espíritus para vencer a los gigantes. Alzando la espada al sol, de su punta surgió un haz de fuego que se dirigió directamente hacia los ojos de Torev, que enfurecido, corría junto a sus hermanos contra Pygruchum y los guerreros. Lentamente, los movimientos de los gigantes se fueron ralentizando, el haz de luz se convirtió en una gigantesca cúpula que cubría a los titanes y al propio Pygruchum, los guerreros de los Mansi contemplaban a distancia la escena, preparados para actuar en cualquier momento y, de repente, un crujido sonó en lo alto del monte, tan fuerte como un trueno y se apagó la reluciente luz. Los gigantes se habían convertido en piedra pero, para conseguirlo, el joven Pygruchum se había sacrificado y había corrido la misma suerte. 


Desde ese lejano día, en la remota taiga de los Urales, permanecen impasibles al paso del tiempo las figuras pétreas de los gigantes y del guerrero que consiguió vencerlos y, en todas las montañas de los alrededores se pueden encontrar desperdigados pequeños cristales de roca, restos de la fortaleza de los Mansi que Torev destruyó con su maza. 


Esta peculiar leyenda, es una de las muchas que se cuentan sobre las espectaculares formaciones geológicas de Man-Pupu-Nyor (Мань-Пупу-Нёр), que en idioma local significa “pequeña montaña de los Dioses” o “pequeña montaña de los ídolos”. 

Estos tótems se encuentran en la frontera euro-asiática, en la república Komi, en las suaves colinas del interior de los montes Urales. Llegar allí no está al alcance de todos, puesto que el núcleo poblado más cercano se encuentra a 200 kilómetros de distancia y, o bien se llega en helicóptero, o bien se llega caminando durante varios o días o en moto de nieve, en invierno. 

Según los geólogos, estas formaciones tienen unos 200 millones de años de antigüedad y se formaron por la erosión de la montaña. 

El conjunto está catalogado como una de las siete maravillas de Rusia y, con sus hasta 42 metros de altura, estos peculiares tótems han sido sagrados para los Mansi, que han habitado este lugar desde tiempos inmemoriales. 

Puedes responder una de estas preguntas o ambas si prefieres: 
¿Qué opinas sobre alguno de éstos lugares, cuál o qué fue lo que más te llamó la atención y por qué? 
¿Tienes alguna idea de por qué estos lugares no son tan conocidos en la actualidad?

7 comentarios:

  1. hola zyanya..
    Bueno a mi los que mas me gustaron fueron dos: La Isla del No Retorno y Los Gigantes de los Urales.
    ¿Por que?, porque fueron los que mas me llamaron la atención y se ven muy interesantes e incluso quisiera visitarlos sobre todo "Los Gigantes de los Urales". Ademas me gustaría saber lo que se presencia en esos lugares.

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  2. Hola Zyanya!
    A mi en particular me parece que la razon principal por la cual estos lugares no son muy conocidos en la actualidad es debido a que las personas de hoy en dia buscan mas que todo el modernismo, que los ambientes naturales.

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  3. por que estos lugares no son conocidos en la actualidad...
    principalmente estos lugares son conocidos sin embargo son lugares que no llaman mucho la atención, teniendo en mundo otros lugares por visitar no visitarían estos lugares.

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  4. El que mas me llama la atencion fue el asentamiento de Shoyna porque en sitio que fue atacado por metodos que destruyeron el ecosistema. No son tan conocidos porque quizas quedan en lugares que a las personas no le llama la atencion y en la actualidad las personas estan buscando otro tipo de paisajes para ver.

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  5. Hola Zyanya...
    Estos Lugares son muy interesantes, valdría a la pena visitarlos, por su historia y lo curioso de la razón por la cual hoy día se encuentran en la condición de inhóspitos.
    Entre ellos el que mas me pareció interesante fue "La Isla del Nunca Retorno", por su historia, y el hecho de que guarda un valor sentimental y conmemorativo, por las muertes que allí se dieron.

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  6. el que mas me llamo la atencion fue Los Gigantes de los Urales me llamo la atencion ya que su historia es muy interesante ya que Se cuenta que los espíritus que habitaban en la montaña sagrada Yalping.Nyeri, ayudaban a los Mansi porque su líder Kuuschay era un hombre sabio y sabía contentarlos.
    estos lugares no son muy conocidos porque no son lugares turisticos que le hagan mucha publicidad.

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  7. Me llamo la atencion "Los Gigantes de los Urales". No creo que lo conoscan las personas porque no es un sitio turistico como los otros

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